Una reflexión sobre por qué los ajedrecistas ricos mejoran más rápido que los ajedrecistas pobres

En esta entrada no hablo de ninguna línea teórica de la Siciliana, ni de entender los matices de un final de torres complejo. Estoy hablando del ajedrez en términos más generales--no sobre jugar una partida, sino sobre la dinámica de mejorar las habilidades.

Lo de intentar mejorar y alcanzar el nivel más alto que podamos es algo normal, y para cualquier ajedrecista serio y profesional, es algo imprescindible. Pero he notado algo curioso a lo largo de todos estos años que llevo jugando al ajedrez.

Los ajedrecistas ricos mejoran más rápido que los ajedrecistas pobres.

No me parece nada polémico decir esto, porque es la pura verdad. Cuando era joven vi que tantos ajedrecistas jóvenes que tenían padres ricos y/o venían de familias adineradas mejoraban con más rapidez que los ajedrecistas jóvenes que tenían padres que no ganaban mucho. Era normal verlos ganar más de 100 puntos FIDE en un año, y en muchos casos, incluso más de 200 puntos FIDE al año cuando eran adolescentes.

Pero eso se explica fácilmente. Cuando se tiene en cuenta la cantidad de plata que se requiere para seguir mejorando en el ajedrez, alcanzar el título de MF, de MI y por supuesto de GM, resulta enorme. Hay que comprarse un sinfín de libros, DVDs, archivos .pgn, lecciones con un entrenador, programas como el ChessBase, máquinas como el Houdini o el Stockfish. Y eso es nomás lo que habría que gastar para mejorar el juego, excluyendo lo que hay que gastar para jugar en torneos.

Cabe mencionar que para llegar a ser un ajedrecista serio y titulado, hay que jugar en torneos internacionales. Para participar en torneos de norma de MI y de GM, en campeonatos regionales, en campeonatos nacionales, en campeonatos internacionales, en campeonatos de otros países, en olimpíadas, en torneos cerrados, en torneos por categoría como el sub-18, en torneos abiertos internacionales o cualquier torneo por invitación, a menos que vivas en una ciudad con una gran cantidad de torneos, tendrías que viajar.

Queda claro que viajar conlleva gastar mucho dinero. Es casi imposible mejorar sin volar en avión a países extranjeros para participar en los mejores torneos de dicho país. Y para seguir mejorando, sobre todo para llegar a ser MI y GM, hay que viajar durante meses para jugar en todos esos torneos. Si un billete de avión de ida y vuelta cuesta de promedio €1000 para jugar en, por ejemplo, diez torneos en un año, costaría unos €10.000 sólo los billetes de avión.

Pero no sólo eso, hay que alojarse en algún sitio. Para alojarse en un hotel promedio pudiera costar €100 al día o más. Tened en cuenta que muchos de estos torneos de alta gama duran más o menos dos semanas. Para obtener la acreditación de la FIDE no sólo para un torneo internacional oficial y profesional, sino también para calificar para una norma de MI o de GM, el torneo ha de tener al menos nueve rondas, con no más de una partida al día, y hay que jugar con jugadores de al menos tres países distintos, o más precisamente, tres federaciones distintas. Por eso muchos torneos con esta acreditación de la FIDE suelen tener de nueve a incluso doce o trece rondas, con uno o dos días de descanso. Por eso habría que alojarse en un hotel durante dos semanas, que costaría al menos €1400 por torneo.

Pero eso es sólo el pasaje y el alojamiento. Hay que comer también. Si fijamos al menos €50 para uno para comer al día, serían €700 para dos semanas. Para comprar agua, medicamentos, ropa y otras cosas podría costar €20 al día, o €280 al torneo. Y la transportación, sea en taxi o en autobús/colectivo, las tarifas de proyecto pudieran costar más de €100 durante todo el torneo. Y aún más en países más caros como Islandia y los países nórdicos como Noruega y Dinamarca. Pero tomamos como promedio €100.

En caso de que surja alguna urgencia médica, depende del país del torneo. Casi todos los países europeos tienen la salud pública por el acuerdo de la UE. Pero si estás en EE.UU, los gastos pudieran incrementar hasta que el costo total sea mayor de cuanto costaría jugar en más de 20 torneos en un año. Pero regresando a los países civilizados, variaría mucho, pero no costaría tanto. Por eso no incluyo estos gastos en la suma.

Por consiguiente, los gastos totales de cada torneo serían:

billete de avión:   €1000
hotel:                    €1400
comida:                  €700
transporte:              €100
otras cosas:            280   
total:                     €4480

En términos generales, para jugar en un torneo internacional, por ejemplo si un argentino participase de un torneo internacional y acreditado por la FIDE en Alemania, pudiera costar al menos €4480 las dos semanas del torneo. Con el cambio de moneda, costaría aún más, sobre todo por  la alta tasa de inflación en la Argentina, pero eso es otro tema...

Es verdad que algunas federaciones nacionales les financian los gastos a los mejores ajedrecistas del país. Que yo sepa, lo hacen la federación argentina, la federación cubana, y muchas federaciones de ajedrez europeas. Pero en algunos países como EE.UU o Canadá donde el ajedrez no es muy popular, al ajedrecista promedio lo abandonan a su suerte. Imaginaos que un ajedrecista de 2200 FIDE quiera mejorar su ELO y llegar a ser MF, MI y luego GM. Imaginaos que viajar para jugar un solo torneo costaría al menos €4480. Para seguir mejorando sería normal jugar al menos diez torneos al año, y un año de jugar en torneos de alta gama costaría unos €44.800, o sea, casi €45.000 al año.

¿Quién mierda pudiera permitirse toda esa plata para jugar al ajedrez?

Hemos llegado a la pregunta clave. Para jugar al menos diez torneos de ajedrez y seguir mejorando, costaría al menos €45.000 al año. Esto es más que el salario mínimo de muchos países. Jugar aún mas torneos, como quince o veinte, costaría mucho más.

Esto ni siquiera incluye los gastos de libros de ajedrez, los DVDs, los cursos de ajedrez, las lecciones con un entrenador, las máquinas, etc. Todo eso pudiera costar más de €1.000. Las lecciones con un entrenador que sea GM pudiera costar €100 cada lección, en algunos casos incluso €200 o más.

Pero regresemos al tema del que estaba hablando: de adolescente me di cuenta de que los jóvenes ricos mejoraban más rápido que los pobres. Claro que si tuvieran padres millonarios o multimillonarios, no le costaría tener todos los recursos y materiales para estudiar profundamente el ajedrez y así seguir avanzando. Pero un niño pobre, con padres pobres, no tendría esta misma oportunidad. En otras palabras, un ajedrecista joven sin plata, aunque fuese excelente jugador, no alcanzaría el mismo nivel que el ajedrecista joven rico, porque éste tendría los fondos no sólo para mejorar el juego, sino también para jugar en torneos internacionales en países extranjeros.

Otra cosa que es importante considerar es que un ajedrecista joven tendría que viajar con los padres--o con el padre o con la madre o con los dos. Imaginaos la cantidad de plata que haría falta en este caso si los padres tienen que acompañar a sus hijos a cada torneo. Para viajar y participar en diez torneos al año, costaría alrededor de €45.000 al año. Con un padre sería el doble: (2)(€45.000), o sea a eso de unos €90.000 al año. Con los dos padres sería el triple: (3)(€45.000), o sea €150.000 al año.

Y hemos vuelto de nuevo a otra pregunta clave:

¿Quién mierda pudiera permitirse al menos €150.000 al año?

Claro que si los padres (o incluso sólo el padre o la madre por su cuenta) ganan más de €1.000.000 al año, eso les sería fácil proporcionar el 15% de su sueldo para que su hijo siga jugando en torneos internacionales y llegue a ser GM. Muy bien, un aplauso, pero dudo que la mayoría de la gente pueda gastar tanta plata en jugar al ajedrez.

Si una familia pobre consiste en un hijo y sus padres que ganen unos €30.000 al año, si el hijo pudiera viajar solo ni siquiera cobraría todos los gastos para jugar en diez torneos al año. Ni hablar de que sus padres lo acompañen. La única manera en que el hijo pudiera mejorar el ajedrez es cuando sea mayor y que tenga un empleo que le pague muy bien.

Además de todo esto, el ajedrecista joven con padres ricos pudiera estudiar todo el día el ajedrez. Sus padres pueden ausentarse del trabajo para acompañar a su hijo a jugar en torneos en otros países. Si la familia tiene tanta plata que sólo el padre o la madre trabaja y en este caso de todos modos gana millones al año, aún mejor para el hijo--uno de ellos pueden acompañarlo mientras que el otro trabaja.

El ajedrecista joven con padres pobres no tiene esta posibilidad. Los padres tienen que trabajar para sobrevivir sin ausentarse del trabajo. Ni hablar de dejar el trabajo durante dos semanas para viajar con su hijo y cuidarlo durante el torneo.

Antes en algunos países, como en la URSS, el gobierno soviético financiaba el ajedrez por todos lados: en la escuela, en la vida social y claro en el mundo ajedrecístico. Quien quisiera mejorar sus habilidades podía entrenar y jugar en torneos con la ayuda del Estado. Ahora en muy pocos países pudiera suceder eso. Quizás sólo en China o en Cuba o en algunos países europeos. Pero en la URSS, cualquiera podía llegar a ser GM si tenía el talento, sin importar la cantidad de dinero que tuviese, ni su clase social y económica.

Así que si pensamos en el caso de un ajedrecista joven rico con un FIDE de 2200 y un ajedrecista joven pobre con la misma puntuación, el rico tiene todos estos recursos a su disposición, y al pobre le faltan. En términos de jugar, el rico pudiera participar en muchos más torneos que el pobre, quien tendría que jugar en torneos regionales debido a la falta de fondos para poder viajar y jugar en torneos internacionales. No sería una mentira creer que el rico pudiera alcanzar los 2400 el próximo año, y al pobre le resultaría difícil alcanzar incluso los 2250 si juega en torneos regionales donde no haya muchos jugadores titulados. Si vive en una zona donde no haya muchos ajedrecistas, o la competición sea tan débil que sólo gana cinco o seis puntos si gana el torneo, no aumentaría mucho su ELO.
 
La única solución que se ha implementado hasta la fecha es que las federaciones nacionales de ajedrez están patrocinando o de alguna manera financiando a los jugadores para participar en esos torneos. Y a pesar de eso, no todas las federaciones nacionales lo hacen. De ahí que le resulte más fácil al ajedrecista rico mejorar más rápidamente que el ajedrecista pobre.

Claro que hacen falta soluciones. Vi el otro día que los altos cargos de la FIDE están intentando negociar con los gobiernos de algunos países para que el ajedrez forme parte del currículo escolar. Eso me parece claramente insuficiente. Hay que fomentar el ajedrez entre todas las clases sociales y económicas de la sociedad, además de patrocinar a los ajedrecistas jóvenes para que puedan participar en los campeonatos internacionales, en los abiertos internacionales, en cualquier torneo que les ayudase a perfeccionar sus habilidades de ajedrez.

El ajedrez lo tienen que clasificar de forma abierta y oficial como deporte de verdad, como el fútbol, el baloncesto, etc., pero también como ciencia, como las matemáticas, la física, la química, la ingeniería y la medicina, por que el ajedrez es un deporte y una ciencia.

Hay que ayudar a los ajedrecistas jóvenes pobres a mejorar sus habilidades de ajedrez con la misma facilidad que lo hacen los ajedrecista jóvenes ricos, estableciendo un puente entre las dos clases económicas de ajedrecistas. Sería imprescindible que las federaciones nacionales les paguen a los ajedrecistas que provengan de familias más humildes el pasaje, el alojamiento y cualquier otra necesidad para viajar a otros países a participar en esos torneos.

El capitalismo salvaje ha creado dos clases de ajedrecistas: los que no pueden permitirse jugar ni un solo torneo internacional, y los que pueden permitirse más de 20 torneos al año. El ajedrez es el deporte y la ciencia de los más humildes--sobre el tablero un sintecho pudiera vencer al millonario. Pero para ser GM el millonario tiene un millón de veces más de oportunidades que el sintecho.

El ajedrez se basa en la igualdad, pero actualmente en el ajedrez reina el clasismo. 

La evaluación objetiva antes de que se haga siquiera una jugada es "0,00". Antes de que empiece la partida no existe ninguna ventaja entre los dos jugadores. Con un juego perfecto 100% de las partidas terminarían en tables, y no habría ninguna brecha entre las dos bandas. Y así ha de ser el ajedrez en el ámbito competitivo.

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